martes, 22 de septiembre de 2020

Crítica sobre la serie #buenastardesdesiesta de Candela Avendaño

 #buenastardessiesta

 […] Las experiencias humanas importantes en la vida y en la literatura, nos dice, suponen un shock. […] 

Hustvedt, Siri. La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres. Ensayos sobre feminismo, arte y ciencia. Barcelona: Seix Barral, 2017.


 Las siestas de la artista y gestora cultural Candela Avendaño vienen ocurriendo desde siempre, pero son registradas desde 2018 (hasta el presente). Lo que las primeras veces constituía más bien un juego para las redes sociales de la artista, luego se volvió sistemático, y la acción de registro algo premeditado. ¿Qué le interesa, en sus palabras?: “La desnudez, la experiencia "vouyeur", el cuerpo para no [sic] consumo masculino, sino por el placer que me da retratarlo”. pareciera ser el término que se repite en las fotografías mencionadas. El placer de descansar en medio de un día. El placer de las sábanas suaves contra el cuerpo, de poder cortar la jornada, y el placer de saberse capaz de seducir, también. El momento de siesta en la cultura argentina, sobre todo pensemos en provincias como Santiago del Estero o Misiones, representa la quietud. La calma, el reposo. Con Candela sucede todo lo contrario: en sus siestas pasan cosas. ¿Pasan cosas? ¿O es una puesta en escena para nosotros, los espectadores? Y permítanme dudar, ¿sos sus siestas? No en referencia a la propiedad, sino al momento temporal. Dudamos de todo; de que haya dormido realmente antes o después de la foto, de que sea en un horario vespertino digno de siesta, de que hayan sido sacadas en días distintos... Nos hace dudar mediante el uso del artificio. La escena tiene una mínima preparación. Los pliegues de la ropa de cama sugieren movimientos y marcan el peso de alguien que los transitó. Aquí podríamos diferenciar entre las primeras siestas y las que vinieron después, donde se incorpora un personaje, su gato. Cabe preguntarse si esas siestas son para alguien, o para ella misma. O las dos. Aquí el espectador no tiene elección: se transforma en voyeur/voyeuse desde el instante en que se detiene en la imagen, a veces incómoda. Incómoda porque puede aparecer en nuestra pantalla cuando estamos en medio de una reunión, o viajando en el colectivo con la señora pacata ojéandonos la pantalla de pie frente a nosotrxs. Y Candela lo sabe. Lo sabe porque en numerosas ocasiones se vio en la situación de entrar a su cuenta de la red social Instagram y enterarse que le habían dado de baja la cuenta temporalmente. Por alguien mira, y le molesta. Y denuncia. Y la denuncia, para Candela, viene en forma de exposición: a través de sus composiciones denuncia la hipocresía de quien finge no estar desnudx en su casa, no disfrutar estar en tetas, no envidiar que pueda dormir la siesta (si es que lo hace, nuevamente). , aquí sería volver a posar las miradas. En el fondo, para intentar adivinar el momento del día según la intensidad de la luz que entra, en el gato, para intentar distraernos de la piel, y finalmente, en Candela. Que pareciera estar diciéndonos “acabemos con la hipocresía; si vas a Europa a los museos y hacés cola horas para ver mujeres como yo desnudas en representaciones, por qué es escandaloso lo que yo estoy haciendo? Una maja desnuda en plena urbe, hoy. 

Celestina Farroni



lunes, 31 de agosto de 2020

Presentación sobre el elemento AGUA en mi obra

 Hoy fue una mañana muy interesante:


Fui invitada por la Lic. en Historia Ana Paola Ortiz Maya para hablar sobre el elemento agua en mi obra. El intercambio con lxs niñxs de 7mo grado del colegio mexicano Varmond School fue hermoso: ellos pudieron hacer preguntas, y pensamos juntos en los materiales que iban a usar en sus instalaciones, siempre pensando en el cuidado de este recurso natural preciado.




jueves, 23 de julio de 2020