martes, 15 de enero de 2019

"Arte terapia en tiempos de crisis"

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La cuestión económica en nuestra sociedad es el gran tema material. Por más que nos pese, en nuestra cultura hay un nexo inevitable entre la estabilidad económica y el bienestar psicológico. El dinero es un factor necesario (aunque no único ni suficiente) para conseguir la felicidad. Aquellos que disponen de más ingresos disfrutan de un mayor bienestar psicológico por sentir seguridad material. Es muy difícil imaginar la paz mental en aquellos que viven en la pobreza o tienen una gran incertidumbre sobre su situación económica futura. 
 Es difícil evitar que las situaciones de crisis económica actuales no pasen factura en el estado de ánimo y nuestro día a día, pero no es imposible minimizar sus efectos si se reconoce a tiempo la dificultad y la necesidad de buscar apoyo en actividades que nos hagan sentir bien.
Es importante comprender que siempre va a haber momentos más desafiantes a lo largo de nuestra vida, y que debemos aprender a forjar nuestro carácter con a ayuda de herramientas que nos hagan bien al espíritu. Buscar actividades que nos otorguen felicidad y un momento de desconexión de los problemas cotidianos es muy beneficioso y no debe dejarse de lado a la hora de buscar soluciones a la crisis en sí.
 Parece utópico poder dejar de pensar en la carencia y focalizarse en la creatividad, pero con práctica sostenida puede hacerse y los resultados serán visibles para nosotros y para nuestro entorno. Al tener un rato para hacer algo que active el pensamiento creativo, la motricidad fina, la observación al detalle y lo lúdico que hay en cada uno de nosotros aún cuando hemos superado la niñez, conectaremos con algo muy valioso: el tiempo para uno mismo.
 Cuando las crisis económicas son generalizadas, en el aire flotan sentimientos de angustia, malhumor e intolerancia. Nos volvemos más vulnerables (rápidos cambios de humor, llanto repentino, respuestas violentas) y caemos en un espiral de negatividad. Es aquí donde la meditación y el uso de mandalas es ideal para volvernos a eje, serenarnos desde la respiración, y ayudarnos a ser más certeros en nuestro modo de dirigirnos a los demás bajo presión.
 Junto al malestar individual vendrán también la falta de solidaridad y empatía colectivas ya que una de las consecuencias de las crisis es el aumento del individualismo, y de la táctica del "Sálvese quien pueda". En las clases grupales o en las charlas uno a uno entre arteterapeuta y alumno se fomenta la comprensión, la solidaridad y la amabilidad. También se hace foco en la gratitud, agradeciendo cada paso del proceso que nos lleva de planear una composición (puede ser un dibujo o una pintura, por ejemplo) hasta su materialización total. 
 Hay que destacar que siempre el abordaje recomendado será afrontar las situaciones desfavorables accionando como se requiera de manera urgente primero (búsqueda activa de trabajo, períodos de ahorro en las áreas que se pueda dentro del grupo familiar, venta de cosas que no utilicemos para re-circular ese dinero y esa energía, etc.). Dicho esto, lo que se concluye es que son tan importantes los hechos en sí como la forma en que afrontamos los acontecimientos. 
No se busca caer en la declaración ingenua de que una actividad de ocio solucionará problemas profundos de orden material, pero sí es comprobable que la decisión de trabajar en uno mismo en clases semanales, adecuando los materiales y la duración a nuestras posibilidades, nos hará ver las cosas desde otra perspectiva y descubrir en nosotros la capacidad de cambio y adaptación. Muchas personas manifiestan “no saber dibujar” o “no entender nada el arte de hoy en día”, y en realidad tan solo no habían dedicado el tiempo suficiente para experimentarlo.

Bienvenidxs al mundo del arte con su capacidad transformadora.

Celestina Farroni